jueves, 5 de junio de 2008

La mujer en la sociedad Griega




La mujer griega al igual que la romana estaba supeditada al control masculino desde su nacimiento hasta su muerte. En su más tierna infancia la mujer helena queda bajo la tutela femenina de su familia para su cuidado y educación en las tareas del hogar y sólo cuando alcanza una edad suficiente para ser prometida es cuando el patriarca familiar se hace con su control absoluto, esta edad podía estar en torno a los 15 años, es decir, la mujer griega pasa de estar bajo el yugo patriarcal al yugo marital. Hay casos en que la fémina dispone por herencia de mayores riquezas que el propio marido pero aún así, aunque sea ella la propietaria legal, queda supeditada al control del cónyuge. Me parece necesario abordar el asunto de las mujeres en la sociedad de la Grecia Clásica, desde su participación en la vida privada y pública, que en verdad, una de la otra no tenían mucho que ver. Y me parece que es aquí donde surgen las bases de esa doble moral en la cual vivimos actualmente (la cultura de occidente). En éste ensayo, me limitaré solo a la vida pública de las mujeres en Grecia que deja entrever un poco la vida privada de las mismas.

LA VIDA PÚBLICA
En la vida pública, encontramos a la mujer desempeñando ineludiblemente estos papeles de esposa y madre, intermediaria entre lo sagrado y lo terrenal; en muchas ocasiones podría parecer que también el de diosa. Sin embargo las atribuciones y percepción de las diosas del Olimpo poco tenían que ver con las atribuciones y percepción con respecto a las mujeres mortales de Grecia. Es decir las diosas eran deidades, un fin y las mujeres griegas eran mortales, un vehículo tal vez para conectar con lo sagrado y lo inexplorado.
La mujer como madre y esposa es necesaria para el buen desarrollo de las ciudades griegas. Pero no todas las ciudades viven éstos roles de la mujer, de la misma forma. Levi Strauss habla de la Ciudad Fría y la Ciudad Caliente en Grecia, por poner ejemplo, en la ciudad fría la mujer tenía por posesión su cuerpo y era dueña de su prolongación matrimonial; en la ciudad caliente, la desposada parecía ser una eterna menor de edad, al servicio de sus tutores (cuando no padre, esposo, suegro, hermano, etc).
Como ciudad fría encuentro claramente a Esparta y como ciudad caliente: Atenas. Sin embargo, lo que ambas ciudades tienen en común es la función de la mujer dueña de sí misma o no, al servicio del hombre, de la polis. Ya sea como madre o como esposa, la mujer siempre estaba al servicio de la polis, y por ende de las necesidades del hombre griego.
Entonces vemos en ésta vida pública la participación de las mujeres en rituales, ceremonias de muerte, nacimiento y casamiento; así como consagración. Activamente participan en las necesidades litúrgicas de la polis.
Así vemos cómo de pequeñas, las parthenoi o esposas futuras y futuras madres de ciudadanos entran en su "iniciación femenina", que no es más que la primer parte de su domesticación, que culminará en el matrimonio. En ésta iniciación las pequeñas se consagran a las diosas, Atenas (Panateneas), Afrodita (Arreforias) Artemisa (Las osas). En éste periodo de adolescentes, las mujeres obtienen ese trato especial y honorario por el hecho de estar a un paso del matrimonio; es decir disfrutaban un poco de ese privilegio de ser ciudadano, ya que era una etapa pasajera y la llevaría a la etapa final y duradera de subordinación.
Me parece muy interesante el sacrificio de la "muerte del buey", me parece cargado de simbolismos. Se explica con éste, el sacrificio ofrecido a Zeus y como después la muerte del buey resultaba en una sequía en Ática; por tal motivo los atenienses como advertencia de l oráculo de Delfos, decidieron asumir el asesinato de manera colectiva. Y las jóvenes elegidas en éste ritual llevaban el agua para filar el cuchillo y el hacha, sin embargo nunca participaban en el asesinato. Es decir para ellas queda vedado -hacer correr la sangre-. Mi teoría yace en el simbolismo del buey, un acercamiento al toro, animales que habían tenido una estrecha relación con lo sagrado y lo femenino, con la gran Diosa Madre. Y en los rituales de sacrificio, se asesinaba al toro y con esto se reafirmaba la muerte del reino de la Gran Madre y matriarcado.
He aquí mi analogía, que en Atenas se realizaba éste simbolismo de la muerte del reinado de la Gran Diosa, y por obviedad las mujeres, el aspecto femenino no podía ser participe directo de la muerte del toro, sobretodo porque el hombre era el único con el poder de hacer correr la sangre (La sangre estaba íntimamente relacionada con la mujer y sus misterios, sus trece lunaciones y su terreno). Por lo tanto me parece que este rito, reiteraba el poder de los hombres sobre las mujeres y sobre el reino de lo femenino.
Posteriormente tenemos el ritual para las mujeres casadas: "Las tesmoforias", un ritual donde la mujer se legitimaba como –esposa de ciudadano-, pues en éste ritual dedicado a Demeter Tesmoforia, sólo las mujeres esposas de ciudadanos genuinos podían participar. Las mujeres en sí no eran ciudadanas, y en el mejor de los casos eran legítimas gracias al padre y al esposo. Y la legalidad de las mujeres tenía su importancia en que de esta dependía la legalidad de los hijos, próximos servidores de la polis.
Nos encontramos entonces que la mujer siempre era un medio para el hombre, donde su mayor función radicaba en dar nuevos ciudadanos legítimos a la ciudad. Sus logros radicaban en tener un padre legítimo y la habilidad de éste para conseguirle un marido legítimo y procrear hijos útiles para la polis. Así la buena esposa, es aquella tejedora y doméstica . Y se consagraban mediante el tejido del peplo.
Sin embargo, había mujeres que se resistían a esa vida de esposa y madre, pero en el terreno mítico. Se hablaba pues de las mujeres de Dionisio, las mujeres locas, esposas rebeldes que no realizaban sus deberes y que se rehúsan a ser madres (despedazar al hijo). Este punto era condenado y no se sabe qué tanto podía vivirse en la vida real de las ciudades griegas. Pues en lo que respecta a la vida pública, las mujeres participaban en los rituales y ceremonias de manera libre.
Resumiendo, se puede decir que las mujeres estaban tan ligadas a los rituales de la sociedad, porque por su "naturaleza" pertenecían al mundo que relaciona lo sagrado y lo no sagrado; su lugar está en las situaciones que coexisten en un mismo espacio pero que debieran permanecer separadas. El terreno de la mujer está en medio y por tanto pueden ser objeto de una visión dicotómica, pues nunca es fácil ser intermediario.
En sociedad, la mujer ateniense acomodada salía a fiestas religiosas o en visita de amistades, pero no participaba en grandes banquetes.
Otro punto determinante fue la instauración de burdeles (Dicteria) por Solón en el siglo IVaC. Donde las mujeres que ahí laboraban en su mayoría eran extranjeras, y no eran mal vistas. Esto incluso llevó a que muchas mujeres atenienses vistieran como ellas e imitaran la forma como la prostituta se
arreglaba. Había pues, las prostitutas de lujo: hetairas.
Mujeres que hacían de compañera espiritual, poetisa, artista y también compañía sexual. Tenían muchos más privilegios en la vida privada y en la vida de los hombres. Tal vez, por su etérea presencia que se asimilaba a la de las diosas olímpicas. Así vemos como muchas hetairas llegaban más al corazón y a la cama de los grandes, que las propias mujeres de casa: Aspasia, esposa de Pericles, Lais de Corinto en el tálamo de Diógenes.
La vida de la mujer en la vida pública, parecía ser vivida en total democracia. Pues eran partícipes de rituales sociales y eran parte de la sociedad. Sin embargo en el trasfondo, la mujer siempre estaba subordinada al hombre y sus necesidades, individuales (marido e hijo) o colectivas (polis). Las mujeres no tenían opción y no dudo que muchas de ellas optaran por la aceptación completa de su estatus en la sociedad y que incluso como hoy sucede, muchas de ellas vieran esa subordinación como parte de su función de ser mujer. Donde la maternidad no tiene rasgos femeninos, sino yace como medio para gestar más guerreros; el vientre es utilizado en función de lo masculino. Y lo femenino, se mira desde los ojos de hombre. Don claramente veo como la concepción de las Diosas olímpicas es relativa por completo a lo divino, y las mujeres mortales poco tienen que ver con esto. A excepción de ser "por naturaleza" parte de lo impuro y puro. Por tanto una conexión imprescindible para la muerte y la vida.
Obligada a la fidelidad más absoluta bajo pena de castigo y al cuidado de los hijos, siempre la veremos recluida en casa, encargándose de sus labores o en su defecto portando las riendas del hogar, en el caso que ésta tuviera un hijo varón, la tutela de la madre carece de cualquier autoridad y es únicamente el padre quién se hace cargo de la educación del hijo, sólo las niñas, exentas de educación escolar, quedarán bajo su cuidado hasta que alcancen la edad de casarse, iniciándose de nuevo el ciclo.Una mujer no era lo suficientemente digna como para asistir a los juegos olímpicos, pero sí que lo era bajo el criterio religioso, es decir, el hombre griego menospreciaba la figura de la mujer pero a su vez adoraba las deidades femeninas otorgándole la misma autoridad que la de los dioses, incluso, a modo de excepción, alguna mujer como la poetisa SAFO destacaron y fueron alabadas por su inteligencia y su preparación intelectual.No obstante, en esta sociedad llamada democrática disponemos de diferentes modelos de mujer, siempre en la sombra, pero sin lugar a dudas de gran importancia, las esclavas, las concubinas, las hetairas y la mujer libre, todas ellas conformaron una red imprescindible pero que carecía de derechos igualitarios a los hombres, únicamente las hetairas a modo privado disponían de la libertad y la preparación intelectual de los hombres sin estar sometidas a las rutinas de las demás féminas.
ESCLAVAS: sin lugar a dudas fueron las menos favorecidas, se encargaban de las tareas domésticas o de las labores agrarias. Nacidas como esclavas sólo podían aspirar a ser liberadas por orden de su amo y quedaban supeditadas al control de éstos. Carecían de derechos legales pero disponían de cierta protección en la medida en que no estaba bien visto el maltrato o el asesinato de un esclavo, incluso algunas leyes pusieron fin al control férreo e impune de los propietarios.
CONCUBINAS: Las concubinas eran esclavas con un tratamiento diferente, ellas eran las amantes y en ocasiones compañeras fieles y dedicadas de los amos, algunas de ellas gozaron de grandes privilegios a nivel económico y los favores de sus dueños si tenían la suerte de pertenecer al grupo de las preferidas, no obstante y a pesar de que éstas tuvieran hijos de su propietario, eran considerados bastardos, y por lo tanto carecían de derechos legales o de herencia. Un ejemplo es el caso de Pericles con Aspasia, enamorado perdidamente de ella, dejó que entrara en los círculos políticos e intelectuales aún a sabiendas que ella no era reconocida como legítima pues tenía esposa e hijos. Aspasia tuvo dos hijos con Pericles y a la muerte de los herederos legales, Pericles instó a la asamblea a que fueran tratados como legítimos, haciendo caso omiso a las leyes que él mismo promulgó.
HETAIRAS o cortesanas: Hay gran fascinación por estas mujeres, casi comparables aunque con excepciones a las geishas japonesas, eran mujeres libres de un gran nivel cultural e intelectual que participaban en las fiestas y banquetes de la aristocracia helena. Eran prostitutas de lujo dedicadas a amenizar y entretener con su oratoria, cantos y encantos físicos a cuantos comensales hubiera. Muchas de ellas eran portadoras de secretos de estado o incluso podríamos decir sus asesoras.
Hablar de las mujeres en Grecia, me parece un tema fascinante, así como hablar de una vida de las mujeres a lo largo de la historia de la humanidad. Pues poco se había sabido de las mujeres y su vida en "History", poco se conocía de las mujeres desde una perspectiva de género y no subordinada a la historia de los Hombres. En este respecto a las mujeres, todas las épocas tienen lo suyo, sin embargo al encontrarme con Grecia y sobre todo la Grecia Clásica, sus situaciones y su épica, sus mitos y con ellos su vínculo muy particular y decisivo con la sociedad de Occidente, me encuentro con nuestra herencia, claramente emanada de la Magnífica Grecia Clásica.
Me parece necesario abordar el asunto de las mujeres en la sociedad de la Grecia Clásica, desde su participación en la vida privada y pública, que en verdad, una de la otra no tenían mucho que ver. Y me parece que es aquí donde surgen las bases de esa doble moral en la cual vivimos actualmente (la cultura de occidente). En éste ensayo, me limitaré solo a la vida pública de las mujeres en Grecia que deja entrever un poco la vida privada de las mismas.

1 comentario:

HISTORIA dijo...

Bien, pero faltaron comentarios propios que evidencien un mayor conocimiento de los temas en cuestión. Nota 6.5